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WASHINGTON — El senador estadounidense Marco Rubio disputó el domingo que Estados Unidos participaría en un golpe de estado para desalojar del poder al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
En declaraciones al programa de CNN, «State of the Union», el republicano por Florida, dijo que no sabe de ningún líder de Estados Unidos que haya pedido un golpe de estado.
Washington «sencillamente está apoyando las instituciones democráticas» en Venezuela, junto con muchos otros países del hemisferio occidental, aclaró.
Mencionando a otros países de la región como Honduras, Guatemala, Canadá, Brasil, Colombia y Argentina, señaló que EE.UU. no está patrocinando nada, sino «apoyando al pueblo venezolano que quiere que se respete su constitución y su democracia. Es un hecho», afirmó.
Pero la historia de la interferencia militar de EE.UU. en Latinoamérica, más los reportes de que miembros del gobierno de Trump se reunieron con funcionarios venezolanos querían planear un golpe de estado en su país, pedido que no fue acogido por Washington, han hecho surgir interrogantes acerca de si la Casa Blanca dirigiría una intervención militar, dice el Washington Post, el domingo.
El diario, aclara que aunque el presidente Trump ha dicho que «todas las opciones» están sobre la mesa, funcionarios de defensa han tratado de apagar las especulaciones al respecto.
Rubio, que anteriormente ha dicho que EE.UU. debe tener todas las opciones sobre la mesa explicó el domingo en CNN que «EE.UU. retiene siempre el derecho… en todas partes del mundo, en cualquier instancia, de proteger su seguridad nacional», y agregó: «De modo que, no voy a justificar la intervención militar porque no sé quién la está pidiendo. Lo que he dicho es que todo es una opción porque siempre tenemos una opción para defender nuestra seguridad nacional en casos donde está amenazada».
En una entrevista separada con el programa de NBC, “Meet the Press”, el senador dijo que el presidente Trump «nunca necesitó que lo convenzan sobre Venezuela», y ha tratado el tema con él más veces de lo que él lo ha hecho.
Rubio señaló que el resultado preferible sería que Maduro deje el poder y que dentro de 30 o 45 días Venezuela realice elecciones presidenciales.
En contraste a lo señalado por el senador Rubio, el jefe de despacho interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, rechazó descartar una acción militar de EE.UU. en Venezuela, diciendo que, «Ningún presidente de ningún partido que esté haciendo su trabajo lo haría adecuadamente si dejan alguna opción fuera de la mesa».
En entrevista con el corresponsal de Fox News en la Casa Blanca, John Roberts, para el programa «Fox News Sunday», dijo que cree que el presidente Trump está observando la situación de Venezuela «extraordinariamente de cerca», y apuntó que está en estrecho contacto con el secretario de Estado, Mike Pompeo y otros funcionarios de alto rango de su gabinete, siguiendo la situación.
El secretario Pompeo pidió el viernes a las Naciones Unidas que reconozcan a Guaidó como presidente de Venezuela, pero Rusia, China y otros países se opusieron a la propuesta.
Respaldo demócrata no es total
Pero en Washington, las decisiones de la Casa Blanca sobre Venezuela no ha sido respaldadas por todos los demócratas, algunos de los cuales han expresado su rechazo, como la legisladora Tulsi Gabbard, de Hawai, quien ha declarado su candidatura a la presidencia para el 2020, y el jueves escribió en su Twitter: «Dejemos al pueblo venezolano decidir su futuro. Nosotros no queremos que otros países elijan nuestros líderes – así que tenemos que dejar de tratar de escoger los suyos».
El viernes, en una serie de tuits, la legisladora Ilhan Omar, demócrata por Minnesota, dijo que EE.UU. debería apoyar los esfuerzos de México, Uruguay y el Vaticano para facilitar el diálogo pacífico en Venezuela y que «un golpe de estado respaldado por EE.UU. en Venezuela, no es una solución a los graves problemas que ellos enfrentan».
Omar, enfatizó que, «No podemos escoger a dedo los líderes de otros países en beneficio de intereses corporativos multinacionales», y apuntó que «El parlamento no puede arrebatar el poder al presidente (Maduro) y que la Corte Suprema (de Venezuela) ha declarado sus acciones (de la AN) como inconstitucionales».
El miércoles (23 de enero) el gobierno de Donald Trump reconoció al presidente de la opositora Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, como presidente interino de la nación caribeña; después que Guaidó y los parlamentarios declararon la ilegalidad de la elección de 2017 que mantuvo a Maduro en el poder. Muchos países de la región también apoyaron a Guaidó, luego que Estados Unidos se pronunció.
Advertencia contra intimidación o violencia a diplomáticos
Este domingo también el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, advirtió a Venezuela contra la intimidación y violencia a los diplomáticos de Estados Unidos, a Guaidó y a los parlamentarios de la Asamblea Nacional, indicando en un mensaje de Twitter, que ello sería considerado «un grave asalto al estado de derecho y recibirá una respuesta significativa».
Entretanto Maduro, retiró el sábado su demanda de que todos los diplomáticos de EE.UU. salieran de Venezuela, después que funcionarios de los países habrían llegado a un acuerdo que da a las dos naciones un plazo de 30 días para finalizar detalles sobre oficinas de intereses en ambas capitales, con un rol más limitado. De no alcanzarse un acuerdo definitivo en ese plazo, Venezuela y EE.UU. tendrían que retirar sus respectivos diplomáticos, indican reportes.
VOA / Análisis Libre