Joaquín Chaffardet
La expresión “poner los pies sobre la tierra” quiere decir percatarse de la realidad. Y ello comienza, en política y cuando se está en la oposición, por tener una visión clara de la naturaleza del gobierno, su conducta y sus objetivos.
Salta a la vista que importantes sectores del mundo democrático venezolano parten de una premisa errada y llaman a enfrentar al régimen como si se tratara de un gobierno democrático que actúa con apego a la constitución y las leyes. Esta conducta ha provocado en vastos sectores de la población desasosiego y desconfianza frente a importantes sectores y personajes de la dirigencia opositora.
La negativa sistemática de la oposición formal a calificar al régimen chavista como lo que, sin lugar a duda alguna, es: una DICTADURA, la ha puesto a contrapelo de la percepción que la mayoría de los venezolanos tiene del régimen.
Partiendo de esa premisa errada, sin reconocer la naturaleza del enemigo, las dictaduras son siempre enemigo y no adversario, cada día se le ofrece a los venezolanos víctimas de la represión, el hampa, el hambre y la enfermedad, librito azul en mano, que la salida tiene que ser “CONSTITUCIONAL, ELECTORAL, PACÍFICA Y DEMOCRÁTICA”.
Esa propuesta pone de lado realidades que todos los venezolanos de a pie percibimos: no puede haber salida “CONSTITUCIONAL” cuando la constitución está derogada de facto por los poderes públicos sumisos al régimen dictatorial. En otras palabras, se nos llama a respetar una entelequia que murió el mismo día en que nació. Día en que como un presagio ominoso de lo que se nos venía encima ocurrió la tragedia de Vargas.
Se nos dice que la salida tiene que ser “ELECTORAL”, cuando la mayoría aplastante de los venezolanos desconfía del “árbitro” electoral: el CNE. Resulta incomprensible que quienes denunciaron, con razón, fraude en las últimas elecciones presidenciales, pongan el destino de la nación en manos de los delincuentes políticos que cometieron el fraude. Las elecciones en el mejor de los casos deben ser un instrumento para la agitación, la movilización y la protesta popular. Con el CN chavista, columna vertebral de la dictadura, no hay solución “electoral” posible.
Nos dicen que la salida tiene que ser “PACÍFICA”. Bueno, aquí se subió la gata a la batea. Quienes sostienen esto como un dogma de fe, parecen padecer de pérdida de la memoria reciente. Para citar solamente un ejemplo: ¿qué pasó con la elección de Ledezma? ¿Acaso la dictadura reconoció su victoria o lo despojó de sus poderes sin importarle un comino ni la constitución ni las leyes? Me pregunto, si esa fue la reacción de la dictadura frente a la pérdida de una alcaldía, por importante que sea, ¿puede alguien, en su sano juicio, creer que la dictadura entregaría pacíficamente la mayoría en la asamblea? Y muchísimo menos entregar la presidencia de la república pacíficamente sea cual sea el resultado electoral. ¿Es que creen que estos fascistoides salvajes son Raúl Leoni, Caldera, Pérez o Herrera? O será que creen que los narco militares del régimen son los mismos militares que derrotaron a la guerrilla y a los cubanos y se limitaron a cumplir las funciones que le encomendaban la constitución y las leyes. Cómo puede haber una salida pacífica de una dictadura que tiene bandas con miles de delincuentes armados para atacar a la población, un partido que dispone de una milicia, que aunque senil y obesa, está armada hasta los dientes. Lamentablemente NO HAY SALIDA PACÍFICA posible en el horizonte.
Y lo de salida “DEMOCRATICA” es un contrasentido, un caso grave de masturbación mental compulsiva, de creencia en pajaritos que vuelan en retroceso y transmiten mensajes desde el más allá. Es absurdo pensar que pueda haber una salida “democrática” donde no existe democracia. Estamos en una dictadura forajida. De allí que no entiendo que es lo que llaman una “salida democrática”. La salida de la dictadura debe ser para establecer un Estado efectivamente democrático y de derecho. La democracia será producto de la salida. ¿Fue el 23 de Enero de 1958 una “salida democrática”? ¿Sin la acción de las fuerzas armadas conjuntamente con la Junta Patriótica y el movimiento popular, hubiera salido Pérez Jiménez del poder?
Quienes sostienen esa posición, que respeto pero no comparto en lo más mínimo, nos piden paciencia. Nos recomiendan calma y cordura. Paciencia y salivita, mucha paciencia que algún día triunfaremos. Me pregunto ¿Cuántos años más debemos esperar? ¿Hasta que acaben con lo poco que queda de Venezuela? No mejora el enfermo.
Nos alertan sobre el “peligro” de una “asonada militar”. Más anti militarista que yo no hay, pero de lo que si estoy seguro es de que ningún gobierno militar o civil o cívico-militar puede ser peor que el que tenemos. ¿Qué la OEA va a chillar? Que chille, pero esos mismos gobiernitos de mini países que hoy apoyan a la dictadura, podemos estar seguros, saltarían la talanquera sin necesidad de garrocha. El olor del petróleo es irresistible.
Cuando el 11 de Abril las fuerzas armadas le pidieron la renuncia a Chávez, la cual aceptó, y sin presión y sin apremio se entregó en la Comandancia del Ejército acompañado de sus ministros, surgieron las voces quejumbrosas de algunos que hoy son víctimas del chavismo a protestar la “ruptura del hilo constitucional” y hoy se quejan porque les han roto no solo el hilo sino que les han partido el alma.
Después de aquellos hechos Pedro Carmona pasó a ser más satanizado que Jack El Destripador. Lo que lamento de aquellos acontecimientos es la falta de habilidad política de los civiles, que se no obtiene en unos meses, y la inmensa torpeza de los militares que se negaron a complacer los pedimentos de Chávez para salir del país hicieron posible la pesadilla de 16 años que agobia a los venezolanos. A pesar de esos errores yo nunca he dejado de ser solidario con Pedro Carmona y quienes le acompañaron, que tuvieron el arrojo y la valentía de intentar salvar a la nación del desastre.
Muchos de quienes se dedicaron a satanizar y endilgarle toda clase epítetos a Carmona hoy deben estar sufriendo un severo “ratón moral”. Deben sentir como suya una buena cuota de responsabilidad por los 200.000 asesinados en la dictadura cleptócrata chavista, la quiebra de PDVSA, el hambre, la escasez de medicinas, la pérdida de la independencia entregada a Cuba, la venta de la nación a China, la entrega del Esequibo, el asalto al tesoro público, el reino del Cartel de Los Soles, la pérdida de las libertades y de la dignidad nacional.
JOAQUIN F. CHAFFARDET
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@jchaffardet
PD. Hace unas horas recibí la noticia de la detención ilegal de Antonio Ledezma que es el inicio de una razia contra dirección política democrática. Vendrán más detenciones y agresiones. Y todavía hay quienes se rehúsan a poner los pies sobre la tierra. ESTAMOS ENFRENTADOS A UNA DICTADURA Y A LAS DICTADURAS NO SE LES PIDE NI SE LE DA CUARTEL.